
Más conocido como cáñamo o hemp, la cannabis sativa L ya se produce en el norte de México, precisamente en el estado de Durango.
Actualmente en nuestro país ya existen las condiciones necesarias para que la industria cannabis ‘detone’ y que los productores locales entren al gremio internacional de la misma como uno de los principales exponentes.
Datos oficiales arrojan que en Estados Unidos de América la industria legal del Cannabis generó más de veinte mil millones de dólares en impuestos desde que inició en dos mil catorce y en la actualidad, el consumo de cannabis superó al consumo del alcohol en ese país.
Por otro lado, la comunidad cannabica internacional observa el desarrollo del tema en México, incluso por las ventajas inigualables que el país tiene para ser líder mundial en la industria.
En la actualidad existen tres mercados plenamente identificados en la industria del cannabis: el lúdico, el industrial y el farmacéutico. Cada uno se diferencia por la variedad de planta que utiliza, procesa y vende como producto final.
La industria del consumo lúdico o recreativo utiliza cannabis en su variedad sativa, indica o americana y dichas variedades contienen THC y en la actualidad existen miles de variedades.
La industria farmacéutica, prácticamente sin desarrollo, en etapa de estudio, y muy prometedora para los laboratorios, y la, tal vez más interesante, industria del cáñamo, cáñamo industrial o ‘hemp’, que utiliza cannabis en su variedad Sativa L, misma que históricamente ha estado relacionada con el ser humano al ser de una de las fibras naturales más resistentes conocida por la humanidad (antiguamente las cuerdas de los barcos eran de cáñamo).
En este sentido, vale decir que la planta incursiona en las siguientes industrias: textil, papel, maderera, del plástico, combustibles, energías limpias, electrónica, e incluso alimentos, ya que la semilla de hemp es considerada un superalimento por su alto contenido proteinico, (superando al salmón en contenido de omegas), además de la aeroespacial y la automovilística.
Actualmente se considera a la del cáñamo como una de las industrias más prometedoras y, sobre todo, una de las que pudiese cambiar el rumbo climático de nuestro planeta, al ser una de las más amigables con el mismo.
Con este contexto, y con el interés de sumergirse en el negocio del cáñamo desde el año 2017, Alejandro García Estrada, uno de los responsables de la firma de servicios jurídicos Oliveros-Estrada, del estado de Durango, comenzó la investigación y diseño de una estrategia para la obtención de una autorización sanitaria para consumo lúdico de cannabis en todas sus variedades y con diversas particularidades, para satisfacer la cadena completa de autoconsumo.
En entrevista exclusiva con Forbes, García Estrada, cuenta como “tras cuatro años de trámites y litigios, en 2021, logramos obtener a mi nombre la autorización de consumo lúdico, siendo esta de las más robustas otorgadas hasta hoy por la COFEPRIS (N. de la R. tal vez por ser de las iniciales); misma que abarca desde la adquisición legal de la semilla, pasando por su siembra, cultivo, cosecha, preparación, transportación y demás procesos necesarios para llevar a cabo la cadena completa de producción para el autoconsumo de cannabis en todas sus variedades”.
Vale decir que la Ley General de Salud establece la regulación de las substancias psicotrópicas y todo acto relacionado con ellas, sus medidas de control y seguridad; destacando de la Ley la fracción V del articulo 245, la cual hace referencia a los productos que carecen de valor terapéutico y se utilizan comúnmente en la industria, cuya característica principal es la casi nula concentración de la sustancia psicoactiva o THC la cual es del uno por ciento o menor. Esta variedad es la sativa L, conocida comúnmente como cáñamo, cáñamo industrial o ‘hemp’.
De esta manera, el abogado explica que “tras obtener la autorización de consumo lúdico, constituimos la persona moral denominada “María y Juana Cannabis, S.A.P.I. de C.V., la cual, en diciembre de 2023 obtuvo la autorización de COFEPRIS para siembra, cultivo, cosecha y comercialización de la planta de cannabis, en su variedad Sativa L”.

De esta forma, el emprendimiento iniciado por García Estrada quedó constituido la primer empresa de capital 100% mexicano en recibir la autorización para la industrialización de cannabis sativa L (cáñamo o hemp’), con lo que posteriormente consolidan el Grupo OIEs, que a través de su fundador añadió a su portafolio el agroparque agrícola más grande del Estado de Durango.
En este sentido, el empresario cuenta que “esta instalación, denominada ‘Agroparque Durango I’, también dio inicio al programa #ElMaizEsMexicano y #ElMaizEsDeMexico, y a la primer plantación de cannabis 100% legal en México, cultivos con los que también se pretende rescatar la producción mexicana de semilla progenitora de maíz”.
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La industria del cannabis ha generado polémica, pero ahora mira al futuro y comienza a producir legalmente
García Estrada explica que “una vez obtenido el permiso de COFEPRIS para trabajar el cáñamo, comenzamos a dimensionar el tema con la intención de detonar esta industria. En mi caso, somos una familia de industriales del estado de Jalisco relacionada con la producción alimentaria, específicamente con el maíz”.
Añade que “cuando me dan el permiso para industrializar el cáñamo, la Universidad de Chapingo, a través del gobierno de Durango, me invitan a presentar el primer modelo de industria autorizada cannabica, precisamente del cáñamo. Así fue que el día de la presentación, me invitan a conocer a unos especialistas de producción de semilla progenitora de maíz y ahí me entero que el 80% de la semilla que actualmente se siembra en territorio nacional es de origen o pertenece a conglomerados extranjeros”.
En sintonía, el abogado confió que uno de sus objetivos a continuación es “atraer inversión al Estado de Durango mediante la instalación de diversas industrias especializadas del ramo, como la alimentaria (mediante la operación del agroparque Durango I; la de la construcción (producción de concretos y cannablocks), ya que el cáñamo agrega propiedades térmicas y resistentes al concreto; de la salud y farmacéutica (mediate la instalación de laboratorios de extracciones).
“También buscamos impulsar la industria textilera (con la siembra de cáñamo en amplias superficies a cielo abierto); la investigación (mediante programas de desarrollo del cannafreno, producto que compite contra el grafeno); la automotriz y aeroespacial, donde es muy popular el uso de cáñamo para fibras especiales, y muchas otras”, puntualiza García Estrada.

Debido a la amplitud de posibilidades del cannabis en el país, el abogado confía que será posible “establecer el primer modelo de negocio legal de industria turística cannabica en México, especialmente en el municipio de Francisco I. Madero, en el Estado de Durando; mediante la habilitación del área recreativa del agroparque Durango I, el cual cuenta actualmente con
ocho cabañas terminadas, dos más en proceso de entrega y una superficie de mayor a 6 hectáreas de zona turística-recreativa”.
Finalmente, el abogado expuso que desde el principio del año continuará con la implementación del primer modelo de negocio de clubes cannabicos legales en México, “con una logística tan especializada que nuestros clientes podrán disponer de producto en diversos puntos de la república, sobre el cual pronto compartiremos novedades”.